Una mujer de 66 años está siendo investigada en su país, Reino Unido, tras haberse llevado a su padre de 93 años y con Parkinson a Suiza, para que le practicasen la muerte asistida
La policía británica está investigando el fallecimiento de un anciano de 93 años que moría en Suiza durante unas vacaciones con su hija. Este caso ha ocupado los principales titulares de los tabloides británicos ya que ha vuelto a poner sobre la mesa el eterno debate sobre la muerte asistida o la eutanasia en Reino Unido.
Los hechos se desencadenado cuando Sandra Holmes, de 66 años, pidió que valorasen a su padre, de 93 años y enfermo de Parkinson, en la residencia de ancianos en la que se encontraba ingresado, para que pudiera irse de vacaciones con ella a Suiza. El facultativo le dio el visto bueno a Holmes y se marchó con su padre a Suiza.
Allí, el anciano fallecía, pero lo que ha suscitado polémica y por lo que Holmes está siendo investigada por la policía británica, es por la condiciones en las que murió el anciano, en la clínica ‘Dignitas‘. Este grupo tiene varios centro en Suiza donde se suministra la eutanasia legal o muerte asistida, a personas con enfermedades terminales o enfermedades graves que condiciones la capacidades tanto físicas como mentales del paciente.
Según la ley de Reino Unido, ayudar a una persona a ejecutar un suicidio o a la muerte, está castigado con hasta 14 meses de prisión. La mujer, tras anunciarse la muerte de su padre, ha exigido privacidad y respeto.